martes, 18 de septiembre de 2012

Lo absurdo del dinero y la competencia

Este es un extracto modificado de un blog llamado "Gobernar al Mundo", a quien agradezco enormemente por su difusión de ideas. Hice algunas correcciones relacionadas con el sistema de competencia. A lo largo de la historia y todavía hoy en día, han existido y existen sociedades con sistemas económicos no basados en el capitalismo. De hecho, el capitalismo como hoy se le conoce comenzó con la revolución industrial y derivó en la actual sociedad de consumo. Todo empezó con el mecanizado de los sistemas industriales y el objetivo de conseguir cada vez mas bienes materiales. Actualmente, las personas quieren y/o necesitan más dinero para comprar más cosas o para mantener o mejorar el estatus de la familia; las empresas quieren más dinero para entregar a sus dueños o accionistas, abaratar costes y aumentar los beneficios; en el medio los gobiernos creando leyes para el buen funcionamiento de la sociedad y creando impuestos para mantener el gobierno y eventualmente generar mejor distribución de la riqueza; en el medio también están las entidades financieras cuya mercancía que compran y venden es el dinero. El sistema es sencillo, pero si le introducimos algunos valores humanos comenzaremos a ver por qué se desvirtuó: Codicia, falta de unidad, corrupción, deseo incontrolable de poder, falta de hermandad; llevaron principalmente a los dueños o directivos de empresas, a los gobernantes y a los dueños o directivos de bancos a olvidarse de la gente. Las empresas quieren tener cada vez en mayor medida costos más baratos y comienzan a incumplir leyes internas, a bajar los salarios o a transnacionalizarse en busca de menores costos; los gobernantes procurando mantenerse en el poder no sólo por creerse dueños de la verdad, sino también para evitar que los que lleguen después los juzguen por los actos impuros y corruptos acontecidos; los banqueros dejando de canalizar el ahorro hacia la inversión productiva y poniéndose a especular con mejores rendimientos de bonos y derivados de derivados. Volver a crecer y cambiar el sistema significa reconstruir los valores, y cambiar los negativos por unidad, hermandad, transparencia, honestidad, solidaridad y cooperación. Ahora bien, piensa por un momento en como funciona el sistema económico capitalista y de qué problemas conlleva para la humanidad, sobre todo en épocas de recesión y escasez. Como gran ejemplo: durante la gran depresión de 1929 en Estados Unidos la gente pasó de un estado del bienestar jamás conocido, a una hambruna severa, por supuesto por culpa de los bancos y grandes corporaciones, aunque eso es otro tema. Pero la cuestión es que la gente no tenía trabajo, por ende, no tenía dinero, al no tener dinero no podía comprar y las empresas dejaban de vender y se arruinaban, teniendo que despedir a más gente y provocando más paro. Almacenes abarrotados con productos, pero con menos cantidad de clientes, empresas totalmente equipadas cerradas por no poder pagar sus deudas bancarias o no poder cubrir salarios. Pero las empresas siguen estando allí, los productos siguen estando allí, es decir los recursos no habían cambiado, sino que algunos han dejado de ser rentable en función de que el sistema se paralizó. Bancos arruinados porque la gente no pagaba sus préstamos, y así los bancos no podían dar más préstamos, con lo cual volvíamos al mismo punto. ¿Para qué trabajamos? El capitalismo está fundado para rendir cuentas al propio capitalismo. Trabajamos para un ente etéreo y virtual llamado dinero. El capitalismo se abastece a sí mismo. Pero el sustento del capitalismo es algo que a gran escala produce sólo factores negativos en la sociedad: la competencia. Si, aunque parezca poco creíble la competencia hace que una empresa decida mudarse de país, dejando miles de obreros en la calle para ir a otro donde los costos laborales son menores; la competencia hace que los bancos a fin de dar más rentabilidad a sus accionistas decidan prestar a tasas más altas en función de un riesgo haciendo pagar miles de millones de dólares a gobiernos o países o empresas que por cumplir dejan de procurar bienestar a sus habitantes o clientes; la competencia hace que se dejen de lado sistemas más ecológicos de producción para seguir alimentando todo el transfondo de la industria petrolera y automovilística que generan tanta producción (o mala producción en el mundo); la competencia hace que directivos vean a una persona como un número o como un costo; la competencia hace que en el mundo se necesiten cientos de empresas de cada rubro cuando sólo unas pocas tal vez alcancen para cubrir la producción mundial de ciertos bienes y servicios; la competencia hace que corporaciones y gobiernos se corrompan para obtener distintos tipos de réditos; la competencia hace que algunos economistas piensen que un poco de desempleo está bien; etc., etc.; etc. La verdad es que debemos cambiar el sistema e ir hacia algo más cooperativo y/o socialista, cambiando también la democracia falsa que nos rige actualmente, por una más participativa y por una donde pueda existir un control por parte de sabios incorruptibles no ligados a la política en muchos ámbitos decisorios del bienestar general. Queriendo vivir para nuestro bienestar, favorecemos sin querer a un sistema virtual inventado autodestructivo y selectivo, en el que sólo funciona creando escasez y deuda en un sitio para dar abundancia y crédito en otro. ¿No sería mejor para el ser humano trabajar para sí mismo? Es decir, si los recursos, no el dinero, se administraran consecuentemente en un sistema carente de dinero, todos tendríamos de todo y todos contribuiríamos con todo. No se apunta al comunismo. Se apunta a crear un sistema de intercambio de una economía basada en recursos en el que el hombre contribuiría a la sociedad mejorándola y por tanto mejorando su calidad de vida. Entonces, cómo crear juntos este sistema ideal….Bueno, el mundo ya está dando pautas, pronto trataremos algunas.