viernes, 26 de abril de 2013

REFORMA AGRARIA (PARTE 2) EN EL MARCO DE ECONOMÍA Y COMPARTIR

Habiendo tratado en la parte primera de “Reforma Agraria” las características que ha tomado la concentración de la tierra en la República Argentina, trataremos ahora algunas alternativas relacionadas con cómo y qué hacer para efectuar una reforma en el marco de Economía y Compartir.
Muchas de las propuestas que se realizan sobre el tema están relacionadas con:
·         La legalización y el otorgamiento de títulos a favor de propietarios legalmente precarios.
·         Creación de leyes para evitar la concentración o sobregravar las concentraciones de tierras.
·         Leyes contra la extranjerización de las tierras.
·         Leyes a favor de la agricultura familiar.
·         Leyes anticorporaciones.
·         Leyes de fomento tecnológico para pequeños emprendimientos agropecuarios.
·         Leyes de fomento crediticio para pequeños emprendimientos agropecuarios.
Y actualmente, también están surgiendo diversas manifestaciones a favor de agricultura sostenible y defensa ecológica de los suelos, subsuelos y fuentes hídricas.
No obstante, cuando nos referimos a una reforma agraria en el marco de economía y compartir, hablamos de lo que muchas veces hemos mencionado en distintos artículos, como en “Cambiar el Mundo Parte 3”. Bajo este concepto, vamos a analizar 2 alternativas. Una primera que generaría la mayor modificación de las pautas actuales de propiedad y producción. Una segunda alternativa relacionada con modificaciones menores al régimen de producción y propiedad actual.

Respecto de cualquier alternativa, mencionamos que un sistema basado en compartir los recursos está delineado por el reconocimiento de la humanidad como una hermandad que busca la evolución permanente. Este concepto de hermandad es fundamental para establecer bases sólidas que permitan compartir, que permitan reconocer en la necesidad de quienes menos tienen la urgencia de asistencia y de un cambio radical, para que juntos podamos evolucionar como hijos de un Padre o de una fuerza mayor conocida como Dios. El concepto de hermandad es primordial para dejar de lado mezquindades y la búsqueda de riqueza y poder permanente que tienen algunas personas, y que relegan a posiciones menores en la escala social a gran parte de la humanidad. El concepto de hermandad es esencial para que el egoísmo sea apartado por aquellos que ven la acumulación de riquezas y poder como la forma de supervivencia suya y de sus descendientes. También es vital el concepto de hermandad respecto de dejar de pensar en costo y ganancia y comenzar a pensar en el bien del planeta en cuanto a los métodos de producción a elegir.
Cabe aclarar, que como siempre he dicho, sí el sistema basado en compartir no es implementado por una cantidad importante de países, poniéndose de acuerdo en ciertas cuestiones básicas para la humanidad, nada de esto, ni la reforma agraria, ni cualquier otro tema que haya planteado en este blog será posible.
Es por estos 2 párrafos previos que confío en una gran luz que vendrá, que un ser altamente preparado para revelar esto a la humanidad, alguien que abra los ojos, para que poco a poco, despertemos del aletargamiento mundial en el cual estamos sumidos.
Para referirme a la primera alternativa es preciso entender cómo funcionaría una economía en donde la tierra no es propiedad de nadie, sino que es explotada para el bien de todos. Veamos un ejemplo.
Toda la tierra que se encuentra alrededor de una ciudad o partido no es propiedad de nadie, sino que sus actuales propietarios pasarían a ser administradores de determinado porcentaje de las mismas, incluyendo particularmente lo referido a inmuebles casa-habitación. Sobre el resto de los inmuebles e instalaciones los actuales propietarios tienen el poder de administrar en cuanto a la productividad de las mismas. No obstante, hay que determinar en cada ciudad o pueblo un comité de ejecución de políticas agropecuarias.
El Comité tiene a su cargo la elección general de un porcentaje de cultivos agrícolas, frutihortícolas, ganaderos y la cría de otros animales de consumo. El porcentaje restante está a cargo de los administradores de cada campo o parcela.
Por otro lado, hay que formar en cada ciudad o pueblo un grupo de personas que administren la maquinaria agrícola y ganadera necesaria para cada tipo trabajo. Este grupo, que al principio será conformado por los que actualmente poseen la maquinaria, también se llevará un porcentaje a determinar de la producción. Poco a poco esto tendrá que ir virando hacia un sistema en donde la maquinaria sea de propiedad cooperativa. Hay que pensar que SIEMPRE en el manejo de los grupos o en el manejo de los comités tienen que existir los profesionales idóneos o los vaqueanos idóneas en cada aspecto de la producción, dejando de lado aquellos que sólo les interese la política o la burocracia en post de su propia personalidad y de lo que puede lograr como individuo.
El fruto de cada campo o parcela irá una parte a la renta general del pueblo o ciudad y otra parte a los administradores y sus familias.
En cada ciudad o pueblo hay que elaborar planes de largo plazo para que en el término de 5 a 10 años para ir pasando de cultivos basados en agroquímicos a cultivos que no los utilicen o se utilicen en menor medida. Esto en primer momento parecerá que atentará contra la producción, pero cuando se proceda a estudiar correctamente y a incorporar mayores zonas a la producción agropecuaria será dejado de lado el uso de agroquímicos. Espero poder ahondar en otro escrito acerca de esto, ya que la controversia del uso o no de agroquímicos es muy grande en el mundo.
Recordemos también que como se mencionó en varias oportunidades, hay que en cada pueblo o ciudad establecer determinadas zonas para el cultivo de alimentos y eventualmente animales de granja, que sirvan en primer medida para abastecer el lugar.

La segunda concepción de una reforma agraria trata acerca de modificaciones al sistema actual, pensando en compartir, pero no en su forma plena, por lo que el sistema sería un intermedio entre el actual y la propuesta antes planteada.
Dentro de este marco, es indispensable pensar en un esquema de producción de verduras y hortalizas cooperativo o comunitario que permita el abastecimiento de la ciudad o pueblo. Este sistema tiene que ir correlacionado con otros en donde aquellas personas parte de esta cooperativa tengan acceso bienes sociales sin cargo como electricidad, gas y si es posible televisión por cable.
En cada pueblo o ciudad hay que destinar cierta producción (o el producido de las mismas) para beneficio de la sociedad en su conjunto.
En caso de haber tierras públicas o herencias vacantes que contengan tierras, estas deben ir al sistema de producción cooperativa.
Otra medida intermedia sería establecer sistemas de participación en las ganancias de los empleados en las compañías agrícolas para las cuales trabajan.
Es fundamental, en cada pueblo o ciudad establecer la cifra de personas que están sin trabajo o que tienen trabajos muy precarios, para ofrecerles formar parte de estas organizaciones cooperativas de producción de frutas, hortalizas, verduras y pequeñas explotaciones de granjas.
Otro paso intermedio es fomentar en cada ciudad o en varias, aunando esfuerzos, la formación de fábricas que otorguen valor agregado a ciertos productos primarios.
Asimismo, en esta alternativa son viables todas las normativas a dictar para que no se concentre la propiedad ni la producción y que fueron mencionadas en el segundo párrafo del presente escrito.

Esto, sobre lo cual escribí aquí pretende ser sólo una idea de una reforma agraria integral y otra sobre una reforma más suave, que se plantean como punto de inicio de discusión del tema. Por favor, quien haya leído hasta aquí, que lea hasta el final, porque las limitantes actuales del mundo son para todos los ámbitos y no sólo para el tema de reforma agraria.
Hay que tener en cuenta que en una economía basada en compartir los recursos, hay que asegurar un mínimo bastante elevado de beneficio socioeconómico para quienes hoy menos tienen, de manera de ir elevando paulatinamente su estándar de vida.
Ahora, muchos se preguntarán fundamentalmente 2 cuestiones:
1.       ¿Por qué debo compartir el fruto de mi esfuerzo o de mi propiedad con quienes menos tienen? Hay 2 respuestas, la primera es relacionada con la humanidad, y es porque necesitamos implementar un sistema basado en compartir los recursos para salvar el planeta, desplazando el concepto de costo y competencia que nos lleva a producir pensando de manera individual y sin quererlo degradando el planeta. La segunda es espiritual y tiene que ver con la faceta evolutiva de la humanidad, relacionada con mejorar las relaciones entre los hombres de manera de contrarestar el “miedo mundial” (tema tratado en otra publicación del blog).
2.       ¿Qué van a hacer los que menos tienen por mí? Lo único que pueden aportar quienes menos tienen a un sistema basado en compartir es por un lado el trabajo (tema al cual nos referiremos en otro escrito) y por otro lado todas las cuestiones relacionadas con el orden social. Cuando me refiero a orden social, es lo necesario para que quienes más tienen y quienes menos tienen sientan que pueden forjar una relación y una construcción de sociedad de largo plazo. Específicamente hay que atender a temas de planificación familiar (esto es porque el sistema al cual llamamos mundo para poder estabilizarlo hay que también comenzar a estabilizar el no crecimiento poblacional y la redistribución geográfica de muchas personas, llevándolas a zonas no urbanizadas y con posibilidades de que sean zonas productivas.) y a temas que eviten situaciones de inseguridad (esto último es porque la humanidad en su conjunto debe volver a vivir en forma armoniosa y pensando en que salir a la calle o a cualquier lado debe ser un acto más relacionado con compartir momentos con nuestros hermanos y no pensando en qué puede pasar).
Es importante entender que también muchas empresas tienen que ser reconvertidas en explotación mixta por parte de sus actuales dueños y cooperativas locales (formadas por profesionales idóneos, pero también por gente del pueblo, los trabajadores de las fábricas y también los trabajadores que brindan servicios a esas fábricas).
Más importante aún es entender que el concepto de competitividad y riqueza debe cambiar, y este el mayor concepto que a cambiar en la humanidad. Repito nuevamente, sí una cantidad bastante grande de países no se ponen de acuerdo en una diversidad de componentes de relaciones laborales y económicas, un sistema basado en compartir no es posible. Sí una cantidad muy grande de las personas más poderosas, económicamente hablando, no se comienzan a poner de acuerdo para compartir (y cuando digo compartir no me refiero a donar de vez en cuando o hacer una fundación para pagar menos impuestos y quedar bien con la sociedad y con su conciencia).