viernes, 9 de agosto de 2013

CAMBIOS EN LA PRODUCCIÓN AGROPECUARIA – RECUPERAR LA TIERRA

En este artículo, de “nuevaeconomiaycompartir”, me voy a referir a uno de los temas más teóricos desde mi humilde conocimiento, pero más prácticos desde el punto de vista de la necesidad de cambio global. El presente escrito tratará acerca del cambio en la producción agropecuaria, que requiere una economía basada en recursos, orientada a la evolución de la sociedad desde el punto de vista espiritual y moral y respecto de la conciencia ambiental necesaria para recuperar el planeta.

Bajo esta premisa basaré el 90% del análisis en los escritos de “John Ikerd” y su conferencia “Juventud en la Agricultura, efectuada en febrero de 2000 en Noruega (http://web.missouri.edu/ikerdj/papers/Recent%20Papers%20--%20Spanish/NuevosAgricultoresparaunNuevoSiglo.htm). De este link extraje la mayor parte de lo escrito en este artículo y fui agregando información y pensamientos propios para redondear la idea de acuerdo a este blog.

Para entender este concepto relacionado con la “nueva explotación agropecuaria” es preciso revisar brevemente el concepto de la explotación actual, luego la transición y finalmente mencionar algunas líneas acerca de lo que sería la “nueva explotación”. Repito, no soy científico y seguramente no puedo debatir con expertos en los modelos actuales; no obstante cada vez hay más científicos, productores e investigadores que sí pueden hacerlo.

Respecto de indicadores técnicos del ¿por qué? del cambio incluiré algunos links dentro del artículo para el que los quiera revisar, pero es menester que el lector saqué sus propias conclusiones y busqué información sobre el tema. Sólo mencionaré que según un nuevo estudio efectuado por Jack Heinemann de la Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda, muestra que el sistema básico de cultivo del Medio Oeste de los Estados Unidos, donde predominan los cultivos modificados genéticamente, se está quedando atrás con respecto a otras regiones de desarrollo económico y tecnológico similares de Europa Occidental en cuanto a sus rendimientos por hectárea.

La idea principal de este escrito es mejorar las explotaciones agropecuarias desde un punto de vista ecológico a fin de recuperar la tierra para La Tierra.

Por otro lado, quisiera aclarar que mi interés se centra mayormente en reaprender la forma de producir sin usar en el caso agrícola-ganadero agroquímicos; dejando la genética actuar “siempre” que sea beneficiosa para la humanidad.

La vieja o actual explotación

La agricultura actual, al menos en Argentina es consecuencia de la industrialización en búsqueda de la rentabilidad como objetivo máximo y enmarcado dentro del sistema de competencia que de alguna manera criticamos en distintas notas. La estandarización y mecanización progresiva de los procesos de producción requiere actualmente que el campo funcione como una empresa, mayor capital invertido en maquinaria significa mayor rentabilidad, pero también menor cantidad de gente trabajando en las explotaciones rurales y en los pueblos rurales. En la producción agraria se produjo una revolución tecnológica, que en la región pampeana empezó a verificarse desde mediados de la década del noventa, basada en la siembra directa y las semillas transgénicas. Este nuevo patrón productivo generó una fuerte caída de los costos, una reorganización de los modos de cultivar y el surgimiento de nuevos actores económicos en el sector. Este cambio tecnológico demanda mucho menos trabajo manual y mucho más capital. Se necesitan cientos de miles en inversiones en maquinaria para siembra directa, que son distintas a las tradicionales. Por esto, como una de las causas, surgieron contratistas –la mayoría son además medianos o grandes productores– que van por los predios con sus maquinarias a realizar el trabajo, que en la agricultura tradicional podía llevar de uno a dos meses, según la extensión, y hoy se realiza en una o dos semanas. A la vez, los transgénicos exigen la utilización de agroquímicos, como herbicidas y fertilizantes, que elevan “en teoría” –resalto esto porque luego expondré un link al respecto- el rendimiento por hectárea. El mismo proceso de concentración de la producción, aunque siempre con excepciones, se dio en la ganadería, que en el caso de Argentina se perjudicó por ciertas políticas estatales y por el desplazamiento de a causa de la agricultura.
La gente desplazada por estos “nuevos sistemas de producción” se movió a las ciudades en cientos de miles a medida que el país transitaba por este proceso de industrialización rural. Estas mismas tecnologías que sacaron la gente rural hacia las ciudades, también la empujaron fuera de las fincas y de las comunidades rurales. En la medida que nuevas y exitosas tecnologías eran desarrolladas, ellas invariablemente reducían los costos de producción por unidad, pero solo si cada agricultor operaba en gran escala y producía un mayor volumen.  Consecuentemente, el incentivo para lograr mayores ganancias reduciendo los costos, era un incentivo para comprar más equipo e inversiones comerciales para cultivar más tierra y producir mayores volúmenes. En la medida que estos agricultores respondían individualmente a estos incentivos, la producción total creció, los precios de mercado cayeron, y la promesa inicial de mayores ganancias estuvo firme (más que nada empujada por el plano internacional donde la irrupción de países asiáticos -antes no grandes compradores- mejoró los precios de los commoditties. Las nuevas tecnologías se hicieron necesarias -no por las ganancias, sino por la sobrevivencia-. Aquellos que adoptaron y se expandieron muy poco y muy tarde fueron incapaces de competir. Este fue el proceso gradual, donde los dueños enviaron y profesionalizaron a sus hijos (los que pudieron), mientras que empleados agropecuarios llegaron a la ciudad para ocupar trabajos en manufactura, industria o el que pudieran.

Los agricultores que sobrevivieron crecieron en tamaño y disminuyeron en número (ver los artículos referidos a reforma agraria). Adicionalmente, las grandes extensiones de tierra especializadas que frecuentemente exceden en el comercio a su comunidad inmediata en la compra de sus insumos y venta de sus productos, lo que muchas veces traslada la administración y comercialización fuera de la comunidad de origen. Consecuentemente, esto también provocó debilitamiento de comunidades rurales.

Hoy, la urbanización llegó al 90%, un límite difícil de elevar y también de bajar. La vieja era industrial manufacturera está llegando a sus límites, empujada por la tecnología y las formas actuales de producción y consumo. Sólo en algunos países se sustenta en base a una innovación que en algunos casos genera más incertidumbres al medioambiente. El costo de la commodittización es un factor importante dentro del costo de vida de millones que viven con lo justo. La sociedad simplemente no tiene mucho más que ganar de una mayor genetización de la agricultura si es que es acompañada por el uso de agroquímicos. Pero aún, esta continúa y la genética sí es accesible a todos los productores puede contribuir a disminuir el hambre en el mundo (otra de las principales ocupaciones de este blog).

Mientras la industrialización de la agricultura se mueve hacia su fase final- la centralización del control y la toma de decisiones en manos de corporaciones gigantes de agro negocios- se podría ver poca esperanza para la posibilidad de tener miles o millones de pequeños agricultores o trabajadores del campo. Pero, no sólo me refiero a grandes corporaciones, sino como han proliferado en Argentina, quienes décadas atrás poseían silos o molinos, poco a poco accedieron a la compra de grandes proporciones de tierra, generando la concentración en las pequeñas ciudades y contribuyendo al desempleo y al modelo de explotación de SGM y agroquímicos. Dentro de una década más el productor independiente será una rareza sino cambiamos. La era industrial en la agricultura parece estar acercándose a un  final como en otras muchas áreas de la economía.

Una nueva era post industrial, una era de conocimiento y progreso humano está emergiendo- más perceptible en otras áreas de la economía, pero también en la agricultura. Esta nueva era del desarrollo humano está pujando por ganar terreno, y aún es muy mínimo lo que se ha logrado, pero es en definitiva lo que traerá mejoría al planeta en su conjunto.

La Transición hacia la Sostenibilidad

Muchos futuristas, gente que estudia las tendencias y los ciclos, creen que estamos en el tiempo de una gran transición. Mi opinión, largamente fundada en el blog es que es imprescindible dejar la transición y pasar a una etapa de producción y consumo coherente con la naturaleza y más equitativas en términos de distribución para la humanidad. La gestión agropecuaria no puede quedar ajena a esta nueva era.
Nosotros estamos en un momento del tiempo cuando una era de 400 anos está muriendo y otra está luchando por nacer- un cambio en la cultura, ciencia, sociedad e instituciones enormemente más grande del que el mundo haya experimentado. Adelante, esta la posibilidad de regeneración de la individualidad, libertad, comunidad, y ética tales que el mundo nunca ha conocido,  una armonía con la naturaleza, uno con otro, y con la inteligencia divina tanto como el mundo nunca ha soñado”. Estas palabras no son de un predicador o de un filósofo, son de Dee Hock, fundador de una de las más grandes instituciones financieras en el mundo, la Corporación VISA.
Muchos otros futuristas de la comunidad política y empresarial, incluidos Alvin Toffler, Vaclav Havel, Tom Peters, Peter Drucker, John Naisbitt y Robert Reich concuerdan que estamos en un tiempo de cambio fundamental. Ellos hablan y escriben sobre un cambio en la visión mundial del modelo mecánico e industrial del pasado, donde la gente lograba el poder mediante el control del capital y los medios técnicos de producción, hacia una era post industrial, centrada en la vida y donde el conocimiento ha llegado a ser el recurso de poder, riqueza y progreso humano. Estas dos visiones del mundo son fundamentalmente diferentes. Una ve al mundo como una compleja maquina, la otra lo ve como un organismo vivo. Me detengo aquí para agregar lo siguiente: cuando hablamos en el artículo la decisión más difícil, referida a la necesidad de unidad en el mundo, está íntimamente conectado con un “organismo vivo”, ya que somos en el mundo una unidad muy conectada, aunque la gran mayoría no lo perciba. Esto de “organismo vivo” también tiene que ver con la hermandad de los hombres y en el reconocimiento de mejorar la situación de muchos por parte de los más poderosos; primero ellos deben cambiar su manera de pensar, para luego pasar a la acción: sin esto no habrá cambio. El otro tema del que los futuristas no hablan es que quiénes serán los dueños del conocimiento y de los robots, lo que he descripto en otros artículos como sumun de la concentración económica, sí es que no cambiamos.

La transición hacia el paradigma post industrial- la agricultura sostenible es solo una pequeña parte de la gran transición que está tomando lugar en toda la sociedad. Los cuestionamientos que mueven los cambios en la agricultura, ejemplifican los amplios  cuestionamientos de la sociedad, lo cual es la fuerza motor de la gran transición. Las preguntas a realizar son: ¿Qué tipo de alimentos son los más sanos, los más aptos? ¿Qué tipo de explotación es más sostenible en el tiempo? ¿Qué es lo que más conviene a la tierra para que siga dando frutos por siempre? Ya los sistemas basados en agroquímicos, tanto agrícolas como ganaderos, están dando señales de decaimiento como http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/el-sistema-de-cultivo-norteamericano-se-debilita-por-los-transgenicos-y-el-monocultivo/. El presente link demuestra la comparación entre los rindes de algunos cultivos en algunos países europeos que no usan tanto las SMG y agroquímicos versus los de EE.UU.

Una agricultura sin armonía con la ecología, que no es económicamente viable y socialmente responsable, simplemente no es sostenible en el tiempo. La sostenibilidad aplica la regla de oro a través de las generaciones.

La equidad intergeneracional tiene su fundamento en la espiritualidad. De acuerdo con William James, un conocido filosofo religioso, podemos definir espiritualidad como la “necesidad  sentida de vivir en armonía con un invisible  orden de las cosas”. El tema de la sostenibilidad es fundamentado en una necesidad percibida de estar en armonía con el orden de las cosas, entre ellas La Tierra. Encontrar armonía con un orden superior requiere un entendimiento de ese orden-sabiduría, no poder y control. Agricultura sostenible significa agricultura en armonía con la naturaleza- cuidar de ella en vez de dominarla y manipularla.

Sin embargo, agricultura sostenible también requiere de la viabilidad económica. Los sistemas agrícolas sostenibles generan ganancias ajustando los métodos de producción a la finca, al agricultor y la comunidad, no forzando el ajuste de algunas prescripciones predefinidas de productividad. Consecuentemente, la agricultura sostenible deberá ser basada en un “renovado” (hago hincapié en la palabra, ya que se toman muchas cosas del pasado y se las adapta a la época actual, quedando en el pasado/presente inmediato el uso de agroquímicos) conocimiento de cómo trabajar con la naturaleza, en vez de hacerlo en su contra.

La agricultura sostenible, la nueva visión para el futuro de la agricultura, es un enfoque basado en el conocimiento para llenar las necesidades de alimentos y vestido de la sociedad, el cual reduce la importancia del capital y la tecnología, poniendo a la gente y la tierra en el centro de la productividad.

La Nueva Cultura Agropecuaria Sostenible

Producir sosteniblemente no es una tarea fácil. Aquellos productores que desean estar en armonía con la naturaleza hoy llevan la etiqueta de orgánicos, bajos insumos, alternativos, biodinámicas, holísticos, etc. Mediante sus pequeñas acciones, estos agricultores están definiendo una nueva forma de agricultura. Estos no están tratando de maximizar las utilidades, pero en su lugar están buscando suficiente utilidad para una calidad de vida deseable.

Estos agricultores, esta gente común, son los arquitectos de la nueva agricultura. Estos agricultores, no los expertos o científicos (o sólo unos pocos), son los que están en la nueva frontera-ellos son los exploradores, los colonizadores, los revolucionarios, y los reconstructores del nuevo mundo. La vida en la frontera es difícil porque nadie realmente sabe cómo crear el futuro y al mismo tiempo luchar contra el paradigma actual de producción. Ellos obtienen poca ayuda del gobierno, las universidades y del sistema agrícola en general. Ellos están haciéndolo esto por sí mismos. Ellos van a seguir encontrando dificultades, frustraciones y habrán algunos fracasos en el camino. Pero aun así, más y más agricultores están encontrando vías para el éxito.

No hay claras guías para la nueva agricultura. Pero los principios fundamentales están empezando a emerger. En general, la información acerca de una agricultura sustentable y rentable está cada día más a mano. El problema principal radica en lo siguiente: (i) el sistema de siembre con uso de agroquímicos lleva más de 30 años y está lo suficientemente arraigado en los usos y costumbres de los productores, lo que lleva a la dificultad cultural de dejarlo de lado, empero surgen día a día más evidencias de que sí se puede (http://www.losproductosnaturales.com/2013/06/10-estadisticas-demoledoras-sobre.html); (ii) el poder de empresas productoras de agroquímicos y SGM es muy amplio, y el lobby estatal y publicitario invade las mentes y “bolsillos” de algunos tomadores de decisiones públicas o asociaciones de productores; (iii) reaprender a cultivar la tierra u otros emprendimientos agropecuarios requiere paciencia por el productor, debido a que el proceso de reaprendizaje no es inmediato y quizás mermen sus cosechas y producciones los primeros años; esto genera miedo al cambio; (iv) las técnicas nuevas de producción “ecológica” están poco difundidas, sin el apoyo estatal su introducción es muy lenta y hasta algunos investigadores sufren embates por defender un modelo de negocios pro-tierra (http://www.cpdhcorrientes.com.ar/libertadinvest.htm); (v) el desafío del cambio es muy grande, pero no imposible, ya que implica que empresas (muchas de ellas multinacionales), gobiernos y productores cambien su visión), aunque el ciclo de cambia ya ha comenzado.

Los nuevos agricultores se orientan en trabajar con la naturaleza, no contra ella. La base del recurso natural que finalmente sostiene la productividad es intrínsecamente diverso, pero llevarla a cabo requiere generar conciencia, reaprender e investigar (http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/wp-content/uploads/downloads/2013/07/RESPONSABILIDAD_CIENTIFICA_SUSTITUCION_DE_LOS-_TRANSGÉNICOS.pdf).

Estos nuevos agricultores utilizan prácticas como manejo intensivo del pastoreo, agricultura y ganadería integrada, rotación de cultivos diversa, cultivos de cobertura y cultivos alternos. Ellos manejan su tierra y la mano de obra para aprovechar la energía solar, la productividad de la naturaleza, y en consecuencia, ser capaces de reducir su dependencia en la compra externa de insumos. Ellos son capaces de reducir los costos e incrementar las utilidades mientras protegen el medio ambiente y respaldan sus comunidades locales.
Los nuevos agricultores tratan de llegar más directamente al consumidor, siendo capaces de eliminar muchas de las etapas en el proceso, transporte, empaque y mercadeo, las cuales conforman cerca del 80 % del total de los costos del producto final. Ellos aumentan el valor, reducen costos, aumentan ganancias,  protegen el ambiente y ayudan a construir comunidades locales más fuertes. Hoy son pocos; esperemos que en el futuro sean millones.
Estos nuevos agricultores pueden producir ganado de carne en pasturas, cerdo en pasturas, pollo en pasturas, variedades nativas de frutas y vegetales, cabras lecheras, flores comestibles y docenas de otros productos que pueden ser llamados agricultura alternativa. Ellos encuentran mercados para las cosas que ellos producen y son capaces de producir bien, antes de producir para mercados donde no pueden competir. Muchas veces esta producción tiene mayor costo, porque su forma está poco esparcida, aunque sea la correcta. Como ejemplo, si quiero producir un pollo que coma pasto o maíz no proveniente de SGM, el productor se encontrará que le cuesta conseguir ese maíz, y al principio será mayor el costo. Para producir un cambio generalizado del sistema y poder proporcionarle maíz natural, el sistema de cambiar en gran parte y conjuntamente, sino los esfuerzos aislados se verán como “alternativos”, “naturales”, “holísticos”, “orgánicos”, etc.; cuando en realidad este es el tipo de producción que se requiere para una mejor salud de la población.
En definitiva, es fundamental el cambio de conciencia de una parte importante de la población, que incluye funcionarios gubernamentales, investigadores, empresarios, productores y consumidores para que en el futuro los hombres volvamos a consumir acorde con la naturaleza y mejorando el sistema de distribución de alimentos para que “la nueva cultura agropecuaria sostenible” llegue a todos.