lunes, 22 de septiembre de 2014

Compartir – la política económica del Siglo XXI

A lo largo de la historia de la humanidad han sido utilizados por los hombres distintos sistemas económicos por los cuales regir la vida en sociedad, en el aspecto de intercambio o acceso a bienes y servicios. A modo muy simplificado podríamos hablar que la historia muestra el trueque como primer sistema económico; luego, con el surgimiento de los imperios el aporte al rey o emperador más trueque; posteriormente, dentro de estos y expandiéndose fronteras afuera la moneda o los metales preciosos utilizados como medio de imposición de valor; podemos hablar de feudalismo quizás; siempre dentro de estos existía una suerte de comunismo, particularmente en las organizaciones tribales o en pequeñas comunidades cerradas, aunque en la mayor parte, el más beneficiado era el señor feudal; comienza a surgir ya unos pocos siglos atrás el colonialismo y en algunos lugares suertes de terratenientes que dominaban grandes dominios, luego el liberalismo económico con el surgimiento de la industria; posteriormente comienza a insertarse en el mundo el sistema financiero; sobre mediados del siglo XIX primeros atisbos de teorías socialistas con Saint Simon; surgimiento del comunismo moderno –al cual prefiero denominar estatismo centralizado-; nuevos socialismos; neoliberalismos y siempre variantes en cuánto al desarrollo del sistema financiero dentro de estos.
Asimismo, actualmente podríamos aportar como una de las características del sistema económico actual es la visión de propiedad privada o estatal. Privada para el caso de las pertenencias de las personas, estatales para aquello en donde el Estado Nacional, Provincia o Municipal tiene el control. Este pequeña diferencia deja de lado la idea de la pertenencia colectiva de ciertas propiedades, factor que por el momento no es tenido en cuenta por la sociedad moderna, y que sí quisiéramos definirlo podríamos optar por propiedades controladas por organizaciones no gubernamentales de distintos ámbitos y por el Estado en alguno de sus niveles.
El devenir económico del mundo ha generado algunas desviaciones e inequidades respecto de la cantidad de recursos que cada persona dispone para su buen vivir. La distribución de la riqueza global empeora década a década; la cantidad de pobres aumenta; disminuye el acceso a coberturas de salud aceptables o se vuelven más caras; la brecha tecnológica se amplía entre las clases sociales y el mundo se contamina continuamente y en aumento; temas que he tratado en varias notas del blog. Algo al respecto escribí en un artículo anterior:  http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/10/la-no-distribucion-de-la-riqueza-como_18.html
Sin embargo, en la historia de la humanidad, quizás por incapacidad de acción, pero más que nada por pensar en que es imposible, una propuesta sencilla ha sido eludida muchas veces. Este esquive ha provocado que la humanidad se concentre en el materialismo, se divida, se aleje de la senda evolutiva pretendida por la divinidad y hasta pongamos en peligro nuestra propia existencia.
La palabra eludida como sistema es: “Compartir”.
Poner en práctica principios cooperativos en todo el mundo, en toda nación, y fundamentalmente en y desde las naciones más poderosas del planeta es lo que queda por hacer. El principio de “Compartir” responderá a nuestras necesidades actuales como humanidad y resolverá muchos problemas, pues es fundamental al Plan de Dios Mismo. Sin compartir, el hombre niega su divinidad y almacena para sí mismo todas sus futuras aflicciones. Sin compartir, reina el caos atroz y deniega al hombre la Justicia, que no es sólo el concepto de justicia legal o justicia de la propiedad.
Dondequiera que se mire y se hurgue se ven los resultados de nuestra incapacidad para compartir. En todo el planeta, millones mueren de hambre. Miles de millones sobreviven en la desesperanzadora pobreza, hasta algunos condenados a sufrir desde el nacimiento hasta la muerte prematura.
Hay que mencionar que hasta el momento ha habido muchos esfuerzos por establecer cooperativas en varios ámbitos de la producción, muchos de ellos en segmentos económicos rurales, pero gran parte de estos fueron dinamitados por los miembros más influyentes de las cooperativas que quisieron inclinar la balanza más a su favor que hacia el entorno en general. Esto no implica que los sistemas cooperativos puedan mejorarse en el futuro. De hecho, la falta de unidad y el individualismo de los miembros y de la sociedad en su conjunto es la mayor limitante actual para poner en práctica mejores condiciones para todos.
El cambio sólo llegará cuando los hombres comprendamos las razones de nuestra presencia sobre la Tierra; cuando nos demos cuenta de que somos parte de un vasto experimento evolutivo cuyo propósito está oculto, pero no es inaccesible.
Ahora, como comenzar a cambiar, si aún seguimos mirando cientos de espejismos. La respuesta es una ayuda externa, una ayuda divina, un consejo superior, optar por mayor sabiduría. Se acerca el momento por primera vez en 98.000 años en donde la Jerarquía Espiritual que guía los designios del planeta se hará presente; y comenzarán a transitar diariamente estos seres de luz en nuestras vidas. Estamos cerca de que el momento más importante en la historia de la humanidad acontezca. Todo se iniciará con lo que se conoce como el Día de la Declaración. Las fichas de la humanidad se están acomodando, lentamente, pero procediendo para el emerger en muy pocos años. El caos actual lentamente cederá y el futuro brillante, que hoy parece lejano, comenzará a tejerse, lento, pero con hilos firmes.
Respecto del principio de compartir, desde mi punto de vista, quisiera aclarar que no tiene que ver con:
-       No es una acción filantrópica de los más acaudalados del mundo.
-       No es una acción temporal de un grupo de personas, países, regiones u organizaciones para donar o mejorar temporariamente la vida de quienes menos poseen.
-       No es una acción caritativa de pocos o de muchos que tienen algo pero no tanto y que deciden dedicar parte de su patrimonio o de su tiempo en acciones benéficas.
-       No es el equivalente a comunismo desde el punto de vista de control estatal.
-       No es centralización de las decisiones, aunque sí debería haber cierta programación global de los recursos que pueden aportarse al sistema del mundo en su conjunto.
-       No es arrebatar propiedades a quienes más tienen.
-       No es castigar a quienes más tienen.
Y, desde mi punto de vista, tendría que ver con:
-       Implementar políticas globales en donde todos los países tenga similar legislación laboral y previsional.
-       Generar un sistema que permita incorporar al sistema laboral a aproximadamente 25% de la población del mundo. Esto sólo se logra si todos deciden aceptar el sistema y otorgar, por ejemplo, más vacaciones a sus empleados para que disfruten el tiempo libre. Incluso los cuentapropistas tomarán empleados.
-       Cada nación deberá hacer un inventario de lo que produce o puede producir para que sea conocido el ‘pastel’ del mundo: lo que necesitamos, lo que creamos, lo que necesitamos importar. Cada nación deberá aportar en “confianza” a un fondo común todo lo que tenga en exceso de sus necesidades, y de ese fondo común se satisfarán las necesidades de todos. Al comienzo la confianza es clave, por varios años el auxilio a quienes más necesitan, principalmente alimentos, atención sanitaria y vivienda digna, será prioridad, pero sólo sí se confía en que todos cooperarán para que el comienzo del funcionamiento correcto del nuevo sistema sea rápido.
-       Que las empresas pasen a ser en parte propiedad cooperativa de sus trabajadores. De nuevo, sino se implementa a nivel mundial con el apoyo de los más poderosos es imposible.
-       Efectuar una reforma financiera a nivel global en donde se converja a un sistema similar en todo el mundo y se quite poder a los bancos, ya que hoy ellos presionan por la rentabilidad propia, muchas veces con fondos de sus ahorristas. Esta reforma debe incluir la revisión de los parámetros de emisión de dinero bancario.
-       Establecer un sistema común o similar en todos los países en donde ciertos alimentos sean bienes comunes o se garantice un acceso a los mismos para toda la población; esto con el fin de erradicar el hambre del mundo.
-       Generar un sistema de intercambio de bienes a nivel mundial.
-       Tender a establecer gobiernos nacionales de menores tamaños, pero gobiernos regionales con mayor poder y autonomía, de modo de descentralizar las decisiones. Sin embargo, esto genera el peligro de que las regiones más ricas no colaboren con el desarrollo de las más pobres. Uno de los pilares fundamentales es realizar una reforma política en donde se establezca en cada lugar, lo que denomino “Consejo de Sabios y Probos”, en donde para estos exista una permanente revisión moral de sus cargos, pero sean de mayor estabilidad.
-       Establecer organizaciones no gubernamentales de diversos sectores productivos o sociales que sean democráticas hacia adentro y que participen con poder en la toma de decisiones de los presupuestos regionales.
-       Efectuar una reestructuración de los más grandes organismos internacionales: ONU, FMI, Banco Mundial para que se logre un equilibrio de poderes globales a los efectos de que las decisiones sean conjuntas y no de los países más poderosos. Generar un organismo de desarrollo internacional con un fondo que entregue dinero y no que lo preste.
-       Efectuar una política de desarme global para que dejen de producirse armas y se deje de otorgar poder a los grupos que las producen.
-       Tender a efectuar inventarios regionales de las posibilidades de producción para que a través de un gran sistema manejado desde naciones unidas se eviten distorsiones en la distribución de los recursos.
-       Efectuar planes supranacionales para generar un cambio de paradigma que permita reemplazar el petróleo, el gas y el carbón como generadores de energía. Que dentro de ese plan se tenga en cuenta la lucha que habrá que dar contra el lobby de las grandes petroleras. Asegurar que las nuevas formas de generación de energía sean baratas, ecológicas e inagotables.
-       Efectuar un plan supranacional para atacar los problemas más urgentes de ciertas naciones: acabar con el hambre, lo que sólo se logrará sí varios bienes alimenticios dejan de ser comercializados como commoditties; generar planes de largo plazo para erradicar la infravivienda.
-       Efectuar una reforma en el turismo global de manera que muchos “excluidos del sistema de vacaciones” puedan disfrutar algo de la vida. Esto sólo se logrará sí se realiza la reforma laboral antes mencionada.
-       Generar las reformas necesarias para que se asegure a las personas mayores la disponibilidad de bienes y servicios que les permiten vivir dignamente sus últimos años de vida. Esto supone un cambio fundamental en muchas estructuras, ya que en gran parte de las sociedades, las personas mayores son vistas como una carga económica que tienen que soportar las generaciones más jóvenes. Esta es otra arista a reconocer mundialmente, ya que sí una nación adopta una postura a favor de los mayores, y otras no, esto generará problemas en los llamados costos de la seguridad social, produciendo asimetrías entre países. Entonces, la reforma también debe ser global.
Pese, a todo lo bueno que uno puede hablar y que para muchos lectores sólo sea una serie de declaraciones demagógicas de deseos; la primera entre estas decisiones que la humanidad debe tomar es: tener la buena disposición para compartir.
Históricamente, no existe precedente para la actual situación y condiciones en La Tierra. Nunca antes han coexistido tantas almas en el planeta. Rara vez, o nunca, las divisiones entre los grupos han sido tan dolorosas y profundas. Nunca antes la humanidad ha puesto en peligro el planeta por la gran contaminación de múltiples formas que generamos. Nunca antes el hombre ha controlado fuerzas de destrucción como las que actualmente se encuentran a su disposición a través de las distintas clases de armas que se producen.
Hasta ahora, todos los esfuerzos para resolver los problemas del hombre se han dirigido hacia el mantenimiento de las estructuras actuales, sólo han sido reformas superficiales y se han mantenido las desiguales estructuras de poder. El temor al cambio domina a muchos hoy al escuchar las disputas de sus líderes y entre pueblos.
Hoy, los líderes de las naciones luchan contra acontecimientos fuera de control. Fuerzas de las que nada saben, les empujan a respuestas inesperadas y a menudo histéricas. Huyendo del caos al caos, conducidos por su propio dogma. Los líderes mundiales antes las crisis no quieren cambiar el paradigma mundial, quizás signados por los grandes grupos de poder: los líderes mundiales tienen una gran ceguera al respecto.
La humanidad comenzará a recapacitar cuando se produzca el emerger público, el primer paso será el “Día de la Declaración” que presentará el Cristo, luego se dará el emerger gradual de varios maestros de sabiduría. http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2012/08/la-ayuda-de-maitreya-esta-muy-cerca.html; http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2013/07/una-sintesis-de-la-aparicion-de.html
Es factible que alrededor de un tercio responda casi de inmediato, que un tercio dude, tardando algunos años en responder a las nuevas propuestas para la implementación de un sistema basado en compartir los recursos. Quizás, con el otro tercio o menos se dará una gran contienda ideológica, que sólo será superada por la presión de las masas para compartir, el problema aquí reside que dentro de este tercio se ubican quienes más poder tienen, también grandes medios de comunicación, que no son malos ni buenos, pero cuyos accionistas en general pertenecen a los miembros más poderosos de la sociedad mundial, siendo tal vez muchos de ellos reticentes al cambio. A quienes no estén de acuerdo habrá que superarlos con propuestas de paz y estando seguros que la presencia de los Maestros de Sabiduría con sus consejos nos llevarán a un mundo mejor.
En la primera etapa, la redistribución será la nota clave, poniendo cada nación a disposición de un gran fondo común sus excedentes en diversas índoles (esto conllevará el acuerdo de que naciones producirán que cosa y en qué bienes se dejará de competir). La confusión estará presente, porque habrá que decidir que muchos productos no se fabricarán para hacer otros más importantes para el sistema mundial. Esto demorará quizás un par de décadas, pero se superará.
El futuro más mediato debe basarse en una economía sostenible, en donde se provea las necesidades de todos dentro de las posibilidades de salud del planeta. Esto lleva a revisar una infinidad de sectores productivos en donde se producen 2 factores, son contaminantes del ambiente, son sobreproductores respecto de la explotación de los recursos planetarios.
Un párrafo adicional merece la cuestión energética, ya que el mundo necesita más y más energía para seguir mejorando. Actualmente, se ha reinventado la matriz con shale gas y shale oil, también existe otro auge en el uso del carbón; aunque se invierte en energías verdes, éstas tradicionales siguen creciendo. Como observamos, la estructura de poder no varía, sino que se intensifica, y con ello el planeta se contamina cada vez más. Entonces, qué es lo que tiene que surgir: en el corto plazo la fusión en frío (http://nuevaeconomiaycompartir.blogspot.com.ar/2014/02/la-necesidad-de-un-nuevo-paradigma_13.html) que dará lugar a bajas notables en el costo de la energía; en el largo plazo los maestros de sabiduría hablan de “la tecnología de la luz”. Esto último es una nueva etapa en el estudio de la energía solar, que llegará a transformar totalmente la situación para la humanidad, y dará una energía ilimitada. Esto transformará totalmente el tema de la oferta y la demanda, y en consecuencia será la fase inicial del cambio definitivo.
Posteriormente, seguirá la etapa de emancipación de la humanidad de la monotonía del trabajo innecesario. Gradualmente las máquinas asumirán las tareas de fabricación. Todos los artefactos de nuestras vidas diarias serán algún día creados de esta manera. Esto conducirá a una autosuficiencia actualmente impensable: millones de máquinas liberarán al hombre para la exploración de su propia naturaleza interior y garantizarán su progreso hacia la divinidad. El futuro será brillante, pero debemos llamarlo y enfrentar las dificultades. “Parece mágico, pero llegaremos a esto sí la humanidad decide compartir”.
Los maestros ascendidos vienen a brindar su consejo abiertamente, y es la humanidad quien debe aceptarlos para que no se infrinja el libre albedrío. La decisión es fundamental para el futuro de todos nosotros. El compartir es un principio divino, y hasta que reconozcamos que todas las estructuras deben reflejar esa divinidad interior, no daremos un paso más en nuestro viaje evolutivo.

¿Por qué millones de personas no comparten ahora? Porque las personas no tienen esa conciencia despierta espiritual interna. Porque los líderes mundiales están ciegos ante el cambio y los más poderosos requieren del estatus quo actual, mientras que las masas no saben que esto se puede realizar, no se les pasa por la cabeza.
Tenemos libre albedrío, podemos escoger compartir o no. Si decidimos seguir el consejo de los Maestros de Sabiduría y del Cristo (tanto si sabemos que es Su consejo como si no es inmaterial) el recorrido hacia algo mejor y más fácil (me refiero a un sistema de vida menos complejo para todos) será más corto. Sin embargo, si decidimos que no deseamos compartir, si no hay suficientes personas que desean el cambio, el compartir y la justicia, entonces comenzaremos a transitar una senda que nos puede llevar a la autodestrucción como planeta, en 15, 30, 50, 100 o más años, no importa el tiempo, sino el destino en el final del camino.

Fundamental para toda la transformación de la humanidad es la aceptación del principio de compartir. De ello depende la justicia, y de la justicia depende la paz del mundo. Aunque parezca extraño, ese paso tan importante de compartir es lo más fácil de alcanzar: una cierta unidad de pensamiento y de acción. Con la aceptación del principio de compartir todos los demás problemas serán más fáciles de solventar. El futuro se acerca, pero hay que tomar la decisión de llegar nosotros a él y tomarlo para nuestro bienestar.