martes, 22 de abril de 2014

Consejo Mundial para el Desarrollo y la Equidad


La idea de esta nota es plantear algún tipo de organización, organismo mundial y/o metodología para llevar a cabo las inversiones necesarias, dentro de un sistema basado en compartir los recursos, que permitan comenzara a equiparar la situación de infraestructura entre países subdesarrollados y en desarrollo con la de los países desarrollados.

Sabemos que la instauración de un sistema económico basado en compartir los recursos será paulatina; sin embargo, debemos pensar la forma que pueden tomar algunas instituciones en la gran transición y hasta que el sistema esté completamente aceptado e instaurado.

Una de las instituciones que podría ser creada dentro de las Naciones Unidas estaría relacionada con la canalización de fondos hacia inversiones de 2 tipos: (i) en infraestructura que agilicen el sistema de intercambio mundial y (ii) en desarrollo humano básico y esencial. A esta institución podríamos denominarla “Consejo Mundial para el Desarrollo y la Equidad”.

Crear una institución como esta se realiza pensando en lo resaltado en el primer párrafo para lo cual, tenemos que desarrollar cómo se constituirá, cómo se financiará y cómo se tomarán las decisiones.

Respecto a cómo se constituirá, pueden existir varias ponderaciones. Una sería hacerlo por zona geográfica, dividiendo al mundo en no más de 20 secciones, para hacerlo de manera ágil y tratando de no comprometer a países en una puja política por lograr tal cometido. Otra manera sería hacerlo dividiendo el mundo por cantidad de población, pero nos toparíamos con que los países más poblados tendrían mayor número de miembros; lo cual en un mundo basado en compartir los recursos se debería tender a estabilizar la población de acuerdo a las posibilidades geográficas de cada país para poder convivir con el sistema (es decir, en el futuro, países que actualmente tienen poca población quizás deben recibir inmigración de otros países para equilibrar la misma). Otra manera sería hacerlo por país, pero como dijimos llevaría a una mayor puja política dentro de la organización. Posteriormente, como autoridad superior, debería existir un comité rotativo integrado por no más de 5 personas que tengan probado honorabilidad hacia la correcta distribución de los recursos.

En el desarrollo de cómo se financiará deberíamos destacar que no se trata de un financiamiento que tenga que ser devuelto, ni que al país donde lleguen los fondos o créditos se le cobre intereses, ya que el fin es lograr un desarrollo permanente ateniendo a algunos objetivos precisos que coadyuven a agilizar el movimiento de recursos o a mejorar graves situaciones sociales. Al explorar las formas en que se puede otorgar créditos o fondos a este organismo, nos encontramos que debería incluirse dentro de la misma algún concepto relacionado con compartir, es decir, podría aplicarse a flujos de mercaderías extras, créditos por encima de lo recibido del sistema y originados en un mayor aporte o fondos originados en superávit.

Por ejemplo, una relación que podría darse al comienzo del sistema es aportar un 5% de fondos o créditos en base al superávit anual de la balanza de capitales medida por la balanza comercial más giro de utilidades de empresas, sin tener en cuenta los fondos financiar a los gobiernos. Dichos fondos o créditos son los que utilizaría el Consejo Mundial para el Desarrollo y la Equidad.

Otra forma, sería en base a la contaminación producida por cada país relacionada con la cantidad de habitantes del mismo y determinando ciertos coeficientes, por lo cual dicho país tendría que entregar una cantidad de fondos o créditos al Consejo Mundial.

Otra forma, y sabiendo que el sistema de compartir está basado en hacer llegar la cantidad de bienes y servicios necesarios para lograr un aceptable estatus de vida, sería en función de una medición del estatus de vida actual de cada país o región; en donde los más desarrollados aportarían créditos o fondos hacia los menos desarrollados, en base a ciertos parámetros como ser la cantidad de territorio o la cantidad de población.
Refiriéndome ahora a los proyectos que trataría este organismo, estos proyectos debieran ser derivados desde algún organismo regional que efectúe un primer filtro, para dar prioridad a los que más se ajusten a los criterios del bien mundial o eventualmente a cubrir urgentes necesidades de cierta comunidad, región, etc. Este segundo organismo, al cual podríamos denominar “Consejo Regional para el Desarrollo y Equidad, debería cumplir una función regional dentro de los distintos bloques económicos o uniones aduaneras que existen en el mundo, y en la región del planeta que no hay bloque o unión habría que conformarla. Entonces, cada país elevaría a este organismo sus proyectos con las premisas antes marcadas, objetivos, recursos necesarios, proyecciones de plazo y beneficios que acarreará la realización. Cada país debería nombrar 1 o más representantes para integrar este consejo atendiendo, las personas que sean nombradas, al criterio de instauración de un sistema económico y social de compartir los recursos (aclaro esto para no confundir con el criterio empresario de inversión-beneficio), siendo lo ideal un comité técnico y otro político. Finalmente, al Consejo Regional, los proyectos debieran ser enviados desde un Consejo Nacional para el Desarrollo y la Equidad, que actuaría a manera local y qué podría integrarse de varias formas, siempre con los mismos objetivos, pero según los criterios que adopte cada país en relación al sistema global.